Atributos

COLEGIO CATÓLICO

Un colegio del Regnum Christi es ante todo una escuela católica donde se experimenta la alegría de encontrarse con Jesucristo y de ser sus apóstoles. Nuestros colegios promueven una verdadera y profunda relación de intimidad con Jesucristo, a través de una práctica natural y constante de la oración y la escucha del Evangelio, la celebración de los sacramentos y la enseñanza teórica y experiencial de la religión católica.

FORMACIÓN INTEGRAL DE EXCELENCIA

“La formación integral en un colegio del Regnum Christi incluye la formación de todas las dimensiones de la persona humana: de la inteligencia, de la voluntad y de la afectividad” (N°11, Ideario Colegios Regnum Christi).

La formación integral de hombres y mujeres -Integer Homo e Integra Mulier- se refiere a acompañar a la persona para que llegue a ser un hombre o una mujer “nuevo según la imagen Cristo”, plenamente humano, integrando armónicamente todas las dimensiones de su ser para realizar el designio amoroso de Dios.

En este sentido la formación consiste en que toda la educación quede integrada en orden a un mismo fin que, de acuerdo a nuestra visión, se identifica con la educación para el amor.

ACOMPAÑAMIENTO CENTRADO EN LA PERSONA

El acompañamiento al estilo de Jesucristo, responde al principio de poner a la persona al centro, valorando su ser único e irrepetible. Consiste en un estilo de relacionamiento, transversal a todos nuestros profesores y funcionarios, que se traduce en una atención personal, cercana y marcada por la gratuidad.

APÓSTOLES AL SERVICIO DE LOS DEMÁS

El Regnum Christi promueve la formación de apóstoles, que ejerzan un liderazgo cristiano en su entorno. Esto se realiza a través de programas pastorales y proyectos apostólicos que buscan el desarrollo de virtudes como la solidaridad, la responsabilidad y la justicia social, fruto de una reflexión profunda sobre el propio estilo de vida y la coherencia con que cada uno vive su fe.

COMUNIDAD EDUCATIVA

Ser comunidad y vivir una espiritualidad de comunión es una condición para que la escuela pueda realizar su misión y su testimonio sea eficaz. Todos los que integran la comunidad educativa, alumnos, ex alumnos, familias y equipo docente y paradocente, están llamados a ser, en alguna medida, formadores en cuanto a que su labor incide en la formación de los demás y está al servicio de la formación cristiana de los estudiantes.